La Nova Revista (1955-1958)
Números publicados: 33.
Periodicidad: bimestral (a partir de 1956, mensual con irregularidades).
Fechas de publicación: de enero-febrero de 1955 a octubre de 1958.
Dirección: Avel·lí Artís-Gener, Tísner.
Secretaría: Joan Rossinyol.
Redacción y administración: La Fontaine 311 (números del 1 al 3); Bolívar 31 (a partir del nº 4).
Impresión: Editorial Fournier (del 1 al 3), y Editorial Ibero Americana de Bartomeu Costa-Amic, ubicada en Mesones 4 (a partir del nº 4).
Formato: 26,5 x 18,5 cm, impreso a dos columnas, con anuncios.
Texto programático
Toda la vida de una revista catalana de exilio es una natural sucesión de contratiempos. Decir que es, como se suele decir, un esfuerzo editorial no es una frase hecha, sino la explícita manifestación de las pruebas por las que es necesario pasar. Las dificultades son tan prolijas y de tan diverso orden, que, para atravesarlas sin desfallecimientos, hace falta un temple singular y una fe total en Cataluña y su alto destino. , el fundador de esta hoy enlutada revista nuestra, era su excepcional poseedor. Los nueve años de La Nostra Revista fueron de lucha incesante, e incluso ahora, durante estas últimas semanas, en generosa entrega de lo poco que le quedaba de vida, aprovechaba las engañosas treguas que la enfermedad le otorgaba y se afanaba por compaginar un artículo o arreglar un original.
Reanudamos la labor, pues, con un ejemplo de trabajo abnegado que sólo detuvo la muerte. Su extraordinario guiamiento tendrá que ser nuestro apoyo durante los contratiempos, la barrera que obstaculice los desfallecimientos. Es una elevada responsabilidad que aceptamos, abrumados por el dolor y la trascendencia, pero animados por la certeza de que la vida futura de La Nostra Revista será un homenaje permanente a su fundador. Deberá ponerse toda la energía, toda la tenacidad, a fin de que siga ondeando la enseña que el abanderado caído nos pone en las manos. Y será asunto sagrado, tanto de trabajo como de dignidad.
Ponemos en marcha la nueva etapa de La Nostra Revista con las modificaciones que Avel·lí Artís había proyectado y deseaba. Quería que empezáramos el año 1955 con un renovado impulso y teníamos que manifestar al lector el propósito de no interrumpirnos más; había que estimular, con el nuevo aspecto de LNR, la permanencia de la confianza que siempre nos ha tenido.
Otra innovación, pero ésta fortuita, ha sido la de cambiar el título. La irregularidad en las salidas nos hizo perder el registro de correos mexicano. Para reanudarla con el título de siempre habríamos tenido que iniciar una serie de gestiones que, en el aventurado caso de que hubieran tenido éxito, nos habrían hecho salir demasiado tarde. Doliéndonos mucho, se le ha tenido que poner un nuevo título, y a fin de hacer menos brusca la sustitución, sólo hemos cambiado un adjetivo. Calificativo o posesivo, nueva o nuestra, será siempre la misma. Nuestra –de los catalanes– por vinculación; nueva por encarnación.
Éste es, pues, el bagaje de la reanudación. Será, naturalmente, una renovación exterior. El espíritu, los ideales, la fe en la Cataluña nacional y sus principios democráticos serán los de siempre. No habrá ninguna renovación más en el ideario que no sea la de vivificarlo, la de proseguirlo aún con más viveza. No habrá, en consecuencia, desviaciones ni debilidades. Únicamente queremos que a la hora inevitable de pasar La Nostra Revista a otras manos continuadoras la podamos ofrecer tan alta y pura como la hemos recibido. Alta y pura, como fiel reflejo de la personalidad de quien nos la ha entregado hace poco.
La Nova Revista (nº 1)
Reanudamos la labor, pues, con un ejemplo de trabajo abnegado que sólo detuvo la muerte. Su extraordinario guiamiento tendrá que ser nuestro apoyo durante los contratiempos, la barrera que obstaculice los desfallecimientos. Es una elevada responsabilidad que aceptamos, abrumados por el dolor y la trascendencia, pero animados por la certeza de que la vida futura de La Nostra Revista será un homenaje permanente a su fundador. Deberá ponerse toda la energía, toda la tenacidad, a fin de que siga ondeando la enseña que el abanderado caído nos pone en las manos. Y será asunto sagrado, tanto de trabajo como de dignidad.
Ponemos en marcha la nueva etapa de La Nostra Revista con las modificaciones que Avel·lí Artís había proyectado y deseaba. Quería que empezáramos el año 1955 con un renovado impulso y teníamos que manifestar al lector el propósito de no interrumpirnos más; había que estimular, con el nuevo aspecto de LNR, la permanencia de la confianza que siempre nos ha tenido.
Otra innovación, pero ésta fortuita, ha sido la de cambiar el título. La irregularidad en las salidas nos hizo perder el registro de correos mexicano. Para reanudarla con el título de siempre habríamos tenido que iniciar una serie de gestiones que, en el aventurado caso de que hubieran tenido éxito, nos habrían hecho salir demasiado tarde. Doliéndonos mucho, se le ha tenido que poner un nuevo título, y a fin de hacer menos brusca la sustitución, sólo hemos cambiado un adjetivo. Calificativo o posesivo, nueva o nuestra, será siempre la misma. Nuestra –de los catalanes– por vinculación; nueva por encarnación. Éste es, pues, el bagaje de la reanudación. Será, naturalmente, una renovación exterior. El espíritu, los ideales, la fe en la Cataluña nacional y sus principios democráticos serán los de siempre. No habrá ninguna renovación más en el ideario que no sea la de vivificarlo, la de proseguirlo aún con más viveza. No habrá, en consecuencia, desviaciones ni debilidades. Únicamente queremos que a la hora inevitable de pasar La Nostra Revista a otras manos continuadoras la podamos ofrecer tan alta y pura como la hemos recibido. Alta y pura, como fiel reflejo de la personalidad de quien nos la ha entregado hace poco.
La Nova Revista (nº 1)
Se ha escrito...
Dificultades con la viuda de Artís evitaron que La Nostra Revista sobreviviera a su fundador. Entonces su hijo, Avel·lí Artís-Gener, fundó La Nova Revista, que se presentaba abiertamente como una segunda parte de la anterior. Apareció, con carácter bimestral, de enero de 1955 a octubre de 1958, aunque en los últimos tiempos no mantuvo la regularidad prometida. El total fue de treinta y tres números. La portada contenía una fotografía y el patrocinador era la Institución de Cultura Catalana en México. Como secretario de redacción también figura Joan Rossinyol. Se procura que la animen, como en La Nostra Revista, buenos ilustradores. En conjunto, a pesar del interés general y la confirmación de firmas de la otra revista, es ligeramente inferior a la del viejo Avel·lí Artís. Tiene colaboradores nuevos, como Jeroni Baltrons (Tasis) y Miquel Fornaguera; así mismo, Bladé i Desumvila y Bartra serán muy asiduos a ella (este último durante seis números se encargará del polémico suplemento Gaseta de Lletres). Por otro lado, Jeroni de Castelldefels (seudónimo de Miquel Ferrer) se ocupará del noticiario del interior.Albert Manent. La literatura catalana a l'exili (Barcelona, Curial, 1976)
