Miquel Costa i Llobera
(Nou diccionari 62 de la literatura catalana)
Era hijo de una familia de ricos terratenientes que solía pasar los veranos en una posesión en Formentor cuyos parajes se convertirían en la fuente de inspiración de muchos de sus poemas. El tío materno, Miquel Llobera, le dio a conocer la poesía de Horacio.
Pollença, 1854 – Palma de Mallorca, 1922. Poeta, traductor, orador y prosista
Estudió el bachillerato en el Institut Balear de Palma (1866-1871), donde tuvo como maestro a Josep Lluís Pons i Gallarza, quien le dejaría la huella del humanismo clásico. Aquí empezó sus amistad con Joan Rosselló de Son Foteza y Lluís Estelrich. El curso 1872-1873 empezó sus estudios de Derecho en Barcelona, donde se afilió al catalanismo literario, liderado por los hombres de la Renaixença: Marià Aguió, Ramon Picó i Campamar, Jacint Verdaguer y Antoni Rubió i Lluch. De estos años son sus primeras composiciones en catalán.
En los años 1875-77 continúa sus estudios de Derecho en Madrid. En este momento, el prestigio del krausismo trastorna los fundamentos de su fe religiosa. En 1878 viaja a París, y a su retorno a Mallorca lee a los grandes poetas franceses e italianos. En 1879 descubre las Odi barbare, de Carducci, cuya forma le impacta, aunque rehúsa el espíritu pagano que contienen. Durante estos años en Pollença se le despierta la vocación sacerdotal. La fe religiosa le provoca intensos escrúpulos morales, por lo que destruye su primera redacción de la oda "A Horaci" (1879) y rehúsa la traducción que había hecho de Ovidio. En 1886 viaja a Roma para iniciar sus estudios de Teología y sale a la luz el volumen Poesies. Son los primeros poemas de un romanticismo de tono muy contenido y sereno, dominado por la sensatez y la perfección formal, modulado por la serenidad clásica. En esta línea romántica, Costa manifiesta dos constantes temáticas íntimamente relacionadas: el sentimiento religioso y el sentimiento del paisaje.
Esta visión del paisaje manifiesta una influencia de la poesía de Lamartine, como en el caso de "La Vall" (1873). En otras ocasiones, en algunos de los poemas más brillantes, como "El Pi de Formentor" (1875), presenta reminiscencias del tono grandilocuente de Victor Hugo. El paisaje que dibuja el poeta es real, ceñido a la geografía de Mallorca, especialmente de Pollença y de Formentor; se convierte al fin en un paisaje literario, trascendido a la categoría universal, como símbolo de la Mediterránea. Es un paisaje que refleja el anhelo de infinito y el deseo de elevarse y acercarse a Dios en una actitud beatífica. Costa i Llobera, a través de la poesía, alcanzará su ideal de vida elevada, arraigada "en la altura", para huir de la insatisfacción de la vida cotidiana, tan característica de los románticos y de Baudelaire. "El Pi de Formentor" simbolizará la visión del poeta como un ser elegido, que se alimenta de lo ideal.
Pero, por otro lado, algunos poemas de esta época muestran una actitud melancólica y sentimental, inspirada en la poesía intimista de G. A. Bécquer, como se desprende de la lectura de "Defalliment" (1876). En 1888 fue ordenado presbítero y en 1889 se doctoró en Teología en Roma, donde se impregnó de clasicismo. En 1890 vuelve definitivamente a Mallorca y escribe los tres poemas narrativos "La gerreta del catiu" (1895), "Castell del Rei" (1896) y "La maina" (1897), que forman el volumen de tipo romántico De l’agre de la terra (1897). Se trata de una poesía que recrea tanto el lenguaje como las costumbres y la tradición cultural mallorquinas. En De l’agre de la terra se decanta por el uso de la métrica popular como el romance, la copla y la codolada. En 1899 publica Líricas, un volumen de poesía en castellano, escrito en metro clásico, inspirado en los monumentos de la antigua ciudad de Roma.
Durante estos años lee a Leconte de Lisle y en 1900 nace el gran poema narrativo "La deixa del geni grec", ganador de la Englantina en los Juegos Florales de Barcelona (1902). En 1901, el Ayuntamiento de Pollença le propone como hijo ilustre. En 1902 es investido Mestre en Gai Saber y designado miembro correspondiente de la RAE. En 1903 edita Tradicions i fantasies, que reúne composiciones escritas en distintas épocas, de forma lírico-narrativa e inspiradas en las leyendas mallorquinas. Algunas piezas continúan la tradición narrativa, romántica y legendaria, iniciada en De l’agre de la terra; otras insinúan la nueva corriente noucentista de las Horacianes, como "La deixa del geni grec". En 1904 preside los Juegos Florales de Mallorca y pronuncia la conferencia La forma poètica en el Ateneu Barcelonès, donde rechaza tanto la poesía basada sólo en la inspiración, como la "tendencia demasiado retórica y parnasiana, adoradora de las exterioridades de la forma"; propone la armonía entre la forma y el contenido. Costa es también heredero de la estética de Torras i Bages, quien reivindicaba la necesidad de regirse por un orden, un equilibrio y una armonía trascendentes, parecido al orden natural de la vida.
En 1906 aparece Horacianes, que supuso un éxito clamoroso en Cataluña. En el mismo año pronuncia el discurso presidencial de los Juegos Florales en Barcelona e interviene en el Congrés Internacional de Llengua Catalana. En 1907 aparece el volumen de nuevas Poesies, que recoge la edición de 1885 ampliada con ocho composiciones líricas procedentes de Tradicions i fantasies, además de otras muchas inéditas. Algunas de estas composiciones noveles –como "La gran alzina de Mossa" o "Cala Gentil"– surgen de la contemplación del paisaje y culminan en una reflexión ascética. En la primavera de 1907 Costa i Llobera inicia, con un grupo de mallorquines, entre los que se encontraba Maria Antònia Salvà, un viaje de peregrinación por Oriente que culmina en Tierra Santa. Costa anotó las impresiones de este viaje en las notas de un diario, que fueron el borrador de Visions de Palestina (1908), originalmente denominadas Croquis d’Orient. Se trata de una recopilación de veintiséis odas en prosa en las que el poeta adoptó el versículo hebreo, basado en el paralelismo de conceptos o imágenes, al catalán.
En 1908 pronuncia el discurso presidencial de los Juegos Florales de Girona, en el que define "el ideal del arte europeo" como la fusión fecunda del "espíritu romántico con el clásico", cuyo paradigma es la obra de Goethe. En 1909 es nombrado canónigo de la Seu de Mallorca. Desencantado por los hechos de la Semana Trágica, se ve reducida su producción literaria, pues ya sólo publica dos ejercicios de Via-Crucis (1907-1908) y los Sermons panegírics (1916). Tradujo también algunas composiciones dispersas de Virgilio, Dante Alighieri, Petrarca, Miguel Ángel, Victor Hugo, Lamartine, etc. Entre 1912 y 1922 traduce los Himnes, de Prudencio, en los que predominan los versos agudos frente a los majestuosos esdrújulos de Horacianes. Entre 1907 y 1911 tradujo del francés al castellano las novelas de Reynés Monlaur Después de la Hora Nona, Mirarán hacia Él y Almas celtas. En 1921 pronuncia en el Museo Diocesano la que será su última conferencia: Dante Alighieri y su obra. El 16 de octubre de 1922, mientras predicaba el panegírico de Santa Teresa de Jesús, Miquel Costa i Llobera cayó fulminado en medio del púlpito.
Un año después de su muerte se publicaron unas Obres completes (1923-24) en la Il·lustració Catalana. En 1947, Editorial Selecta editó las Obres Completes, que incluyen el epistolario con Joan Rosselló de son Forteza y Antoni Rubió i Lluch. Y en 1985, Bartomeu Torres Gost publica el Epistolari de Miquel Costa i Llobera i Antoni Rubió i Lluch a Joan Lluís Estelrich. La poesía de Costa i Llobera representa la superación de la Renaixença y de los tópicos de la poesía juegofloralesca. Parte del Romanticismo y enlaza con el Noucentisme, pasando ligeramente por el Modernismo. Siempre se movió entre dos constantes estéticas: el Romanticismo y el Clasicismo. El Romanticismo de Costa mantiene su serenidad apolínea, y el Clasicismo de Horacianes conserva en algunos momentos ese furor dionisíaco, esa chispa de ímpetu romántica y juvenil. Por este motivo, algunos críticos como Rubió i Lluch han definido a Costa como un clásico del Romanticismo y un romántico del Clasicismo.
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