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En efecto, el deseo de huir tiene una realización muy difícil para los protagonistas de Tots tres surten per l'Ozama (México, 1946), de Vicenç Riera Llorca, una novela que presenta, con técnicas objetivistas, los esfuerzos por sobrevivir de tres exiliados que van a parar a la República Dominicana. El mundo físico de la isla, la naturaleza, la tierra y el agua (una forma de evasión que a menudo representa la muerte) succionan como un imán a los personajes, que se encuentran justo en medio de dos polos poderosos: la selva y el mar. Como en Ciudad Trujillo no hay trabajo, la mayoría del grueso de refugiados en la Dominicana que aparece en la novela trabaja en la selva, en unas colonias agrícolas creadas por el gobierno, que ofrece tierras vírgenes para habilitar. Aunque las condiciones de vida son prácticamente insuperables, muchos no ven otra solución y algunos incluso van de buen grado, sostenidos por alguna remota ilusión campesina. Todos caen como moscas, absorbidos por la selva y el clima tropical; unos mueren y otros cogen las fiebres o la elefantiasis; llenan los hospitales, por donde "ya han pasado un puñado de blancos sin futuro".
Pero la selva es sólo la cara más profunda de la isla, que tiene otros tentáculos poderosos. Los tres protagonistas se quedan en la ciudad, pero tampoco pueden sobrevivir en ella, atrapados en un mundo regido por unos mecanismos que les resultan fatales: desde las formas de poder implícitas (el caciquismo, la superstición) hasta las formas, instintivas y primarias, de las relaciones humanas. El espacio para sobrevivir es, pues, un mundo elaborado por las formas elementales de la existencia que, lejos de mostrarse en su posible "pureza" o "autenticidad", se presentan, además, a causa de la superposición de civilizaciones y poderes, en su apariencia más mistificada.
Así pues, la única solución es huir de las garras de la isla-prisión. En el otro extremo de la selva y como posibilidad de salvación está el mar, pero tampoco el agua parece un elemento natural mucho más propicio que la tierra. Lo demuestra, por una parte, el naufragio del Llibertat, un barco en el que intenta escapar un grupo de refugiados catalanes, y, por otra, el río Ozama, a través del cual consigue, finalmente, huir de la isla uno de los protagonistas, no sin perder, sin embargo, "el vigor físico y el temple moral". El mismo río Ozama que ha engullido, como en un maleficio, a los otros dos compañeros.
Maria Campillo, "L'experiència de l'exili i la prosa" en Glòria Bordons i Jaume Subirana (eds.) Literatura catalana contemporània (Barcelona, Ediuoc i Proa, 1999)
Vicenç Riera Llorca, con recursos "expositivos" sincopados y alternantes, involucra el recuerdo y la actualidad, y trata de nutrir la novela con hechos y figuras que extrae de una "realidad" literal. Hay un fondo de "verismo" que sólo se entiende por una voluntad de ser exacto al margen de la ficción. Dicho de otra manera: adivinamos en ella la novela "de clave" en que cada personaje, o casi todos, es una transcripción fiel de alguien, y de alguien más o menos conocido. Riera Llorca se propone el "documento" novelístico [...]; en Tots tres surten por l'Ozama lo hizo con una espontaneidad fulgurante, de reportaje.
Joan Fuster. Literatura catalana contemporània (Barcelona, Curial, 1985)
As a journalist like Hemingway, Riera Llorca uses the techniques of the journalistic novel such as the elimination of the individual protagonist, the use of authentic time and space, fragmentary and interrupted action, multipliciy of scenes, flashback and, above all, objectivity in the narration of events and the presentation of characters, whose psychology comes across through their actions. His clear, agile, fast style with short sentences and few adjectives adds to the success of his works and reminds us of his journalistic background.
In Tots tres surten per l'Ozama, Riera Llorca was the first in Catalan literature to use techniques of the journalistic novel. Unfortunately, the fact that the first edition was published in Mexico, prevented this innovative style from having an impact on the clandestine works being published in Catalonia at the time.
Iolanda Pelegrí, "Vicenç Riera Llorca: Portraying the Life of his Times" en Catalan Writing, nº 9 (1992)
Cronológicamente, Tots tres surten per l'Ozama es, creo, la primera de las novelas donde un exiliado habla de los exiliados y de los países que los acogen. Es la primera de toda una serie en donde hay obras de Ferran de Pol, Odó Hurtado, muerto en plena producción, C.A. Jordana, Pere Calders, Artís-Gener y otros que seguramente en este momento olvido, que han contribuido a quitar el tono un poco demasiado casero que sistemáticamente ha tenido la novela catalana y que le infunden un más variado cosmopolitismo. Cada uno de estos autores posee cualidades particulares y diría que no tienen otro nexo que el idioma. De toda esta producción, la novela de Vicenç Riera Llorca es la que posee un tono más directo, más crudo, un propósito más concretamente relacionado con el drama del exilio.
Domènec Guansé, "Tots tres surten per l'Ozama, de V. Riera Llorca" en Germanor, nº 508-509 (juny-juliol 1946)