¡Libertad neuronal!

Julià Guillamon

Una de las cosas que más me gustan del trabajo de crítico es que cuando más pereza da todo, cuando estás a punto de librarte al sueño en brazos del eterno retorno, aparece un autor con el que no contabas y publica un libro que puedes recomendar con una boca llena de elogios. Es lo que me ha pasado con Consciència de Teresa Colom, una breve novela filosófica sobre la vida fuera del cuerpo, o como ella misma dice, el neurotraspàs y la vida de continuación.

Desde hace una temporada larga, la inmortalidad se ha convertido en un tema de la ciencia y la filosofía, vinculado a los progresos tecnológicos, a las investigaciones de la Universidad de la Singularidad de Silicon Valley y al transhumanismo. El primero que se refirió a este tema, en una novela en catalán, fue Miquel de Palol en El testament d’Alcestis (2009) que, dentro de la desmesura, es uno de sus mejores libros. Conscència es una novela mucho más sencilla y fácil de leer, con un único hilo: la historia de Laura Verns, una chica de cuarenta y pocos años que, cuando le detectan un tumor en la cabeza, decide acudir a una de las empresas que proporcionan a los enfermos terminales el acceso a otra dimensión de la vida, desligada del cuerpo.

Es una idea que da mucho juego. Detrás de ella puedes reconocer a clásicos de la modernidad como Samuel Beckett y El innombrable. También tiene un problema: como el protagonista no se mueve y monologa, el narrador tiene que hacerlo muy bien para que el lector no se canse. No encontrará acción, pero con los backgrounds y las escenas con un amigo, con el psicólogo (una de las condiciones de la vida de continuació es que la persona que entra en el programa acepta que el contacto continuado con un psicólogo), con otro psicólogo y con otro amigo, ha de ser suficiente. A través de esta red de recuerdos y contactos, Colom reconstruye las fases que han llevado, en primer lugar, a la creación de esta vida vicaria y, más adelante, a la consolidación de un oligopolio de empresas en el que intuyes a las marcas campeonas del capitalismo digital (que financian la Universidad de la Singularidad, dicho sea de paso). Como en la clásica Blade Runner, el sistema falla en su primera versión. Como en la clásica Terminator, uno de los elementos que Colom pone en juego es la relación madre-hijo. Como en la clásica Total Recall, una de las cuestiones es si puede borrarse totalmente un recuerdo.

Existe un tipo de novela de fantasía científica en la que la construcción del entorno virtual es tan obsesiva que prevalece sobre todo lo demás. En otras, el escritor (o el guionista, si es película) modifica sobre la marcha las reglas del mundo para que la acción resulte más vistosa: es lo que pasa con las resurrecciones del episodio IX de StarWars. Una de las gracias de Consciència es que a través de la creación del mundo virtual examina los grandes temas humanos: el miedo a la muerte, la fidelidad, el recuerdo, el olvido y la sospecha.

La relación que esta gente del 2090 mantienen con el pasado es muy interesante. Antes de morir, Laura trabajaba en un Departamento de Congruencia Histórica que ofrecía servicios para espectáculos y obras de ficción. Una prenda de ropa, un papelito, disparan sus pensamientos.

En fin, que está muy bien y más si se tiene en cuenta que es la segunda obra de narrativa de la autora. Junto a Enxarxats de Carme Torras, una novela que abre camino.

  • Poesía Dibujada
  • Massa mare
  • Música de poetes
  • Premi LletrA