Rubert de Ventós, pensador polifacético

Mariona Sanfeliu Salvà

Xavier Rubert de Ventós reparte su tiempo entre la reflexión filosófica y la dedicación a la política activa. Es catedrático de Estética en la Escuela de Arquitectura de Barcelona y ha sido en prestigiosas universidades americanas, además de miembro fundador del New York Institute for the Humanities. Como político, fue diputado en las Cortes Españolas y en el Parlamento Europeo. Su creación filosófica, prolífica y multiforme, es crítica y heterodoxa y por ella ha recibido múltiples premios a lo largo de su carrera.

Francesc Xavier Rubert de Ventós nació en Barcelona el año en que acabó la Guerra Civil, en 1939. Filósofo, político, ensayista y profesor, se licenció en derecho en 1961 y se doctoró en filosofía en 1965 por la Universidad de Barcelona, con una tesis titulada La estética de la abstracción. Fue discípulo de los catedráticos José Luis Aranguren, en la Universidad Complutense de Madrid (a su vez discípulo de Eugeni d'Ors), y de José María Valverde y Manuel Sacristán en la Universidad de Barcelona. Ha sido Visiting Professor en la Universidad de Cincinnati, Ohio (1964), Santayana Fellow de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Harvard (1972) y Visiting Scholar de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de California, en Berkeley (1973). Enseñó en la Universidad Central y en la Autónoma de Barcelona y en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (Universidad Politécnica de Cataluña), de donde es catedrático de Estética y Composición desde 1973. También ha impartido cursos en las universidades de México y Caracas.

Autor de una extensa producción ensayística y filosófica de estética, teoría de la cultura, filosofía práctica (ética y filosofía política) y de filosofía en general, su obra ha adoptado diversas formas: ensayo, recopilaciones de aforismos, dietarios personales o análisis históricos. En palabras de Pere Lluís Font, Rubert de Ventós inauguró, en la década de los sesenta, "una brillante trayectoria como teórico de estética y como crítico de la cultura" (Les idees i els dies), publicando diversos títulos sobre estética y temas afines. El arte ensimismado (1963, premio Ciudad de Barcelona) era un análisis del arte de vanguardia, una crítica de lo que llamó el fanatismo "de la novedad, y más recientemente, la euforia vanguardista". En Teoria de la sensibilitat (1968, premio Lletra d'Or) se apunta a la ruptura con las consecuencias del arte renacentista, patentes todavía en la vanguardia convencional, para llegar a la ampliación del concepto de arte mediante lo que él llama "diseño científico", una síntesis de arte, ciencia y técnica. Sobre temas de estética ha publicado también Utopías de la sensualidad y métodos del sentido (1973), y La estética y sus herejías (1974, premio Anagrama de ensayo).

Se podría considerar que su obra principal es De la modernidad. Ensayos de filosofía crítica (1980) porque en ella Rubert explica su posición filosófica. Sobre temas de filosofía moral tiene publicados Moral y nueva cultura (1971), donde presenta un declarado propósito de una nueva valoración de la ética basada en la revisión permanente de los propios valores y en el experimentalismo; Ética sin atributos (1996), un manifiesto moral donde se propone definir la virtud depurándola de sus atributos, y Dios, entre otros inconvenientes (2000), donde Rubert toma, ante la creencia en Dios y en otros lugares comunes como la Naturaleza, la Historia, la Cultura ("aquellos recursos con que hemos intentado despejar el enigma de nuestra existencia") una actitud intelectual que caracteriza la mayor parte de su obra: un distanciamiento tanto de la opinión líquida que se amolda a todos los medios y tiempos que la vehiculan, como de la sólida estupidez que nunca se dejará coger a contrapie por nada", en palabras de su introducción. Xavier Rubert de Ventós pretende denunciar los excesos que se esconden tras las opiniones excesivamente unánimes.

Parte de su obra ha sido traducida al italiano, el inglés y el alemán: La scienza e l'arte (1972); Self-Defeated Man. Personal Identity and Beyond (1975); Heresies of Modern Art (1980); The Hispanic Labyrinth: Tradition and Modernity in the Colonization of the Americas (1991); Medien - Welten, Wirklichkeiten (1998) y Philosophie ohne Eigenschaften (1999). El prólogo de este último libro ha sido traducido al catalán y publicado dentro del libro Pensament i Filosofia a Catalunya III, 1940-1975 (Barcelona, INEHCA - Institut d'Estudis Catalans, 2004).

Además de escribir y dedicarse al mundo de la enseñanza universitaria, Rubert de Ventós ha sido y es una personalidad destacada en el mundo de la cultura y la política de Cataluña, como miembro de instituciones culturales y políticas de renombre. En 1976 participó como fundador del Colegio de Filosofía de Barcelona, círculo filosófico creado por un grupo de profesores universitarios que impartían conferencias de libre acceso. Su antecedente lejano -incluso por el nombre- era el Collège de Sociologie de Georges Bataille, en la Francia de los años treinta. En palabras de Pere Lluís Font "(...) [el colegio] ensayó la práctica de una filosofía pública en diversos espacios de la ciudad durante una docena de años, hasta que quedó absorbido de facto por el Instituto de Humanidades" (Les idees i els dies). Entre los miembros que formaron parte de este colegio hay que destacar a Eugenio Trías, Jordi Llovet, Antoni Vicens y Josep Ramoneda. Como recopilación de las lecciones impartidas en sus cursos generales ordinarios, Rubert de Ventós, junto con otros miembros del colegio, publicó diversos libros que son una miscelánea de los temas tratados: Col·legi de Filosofia. Maneres de fer filosofia (1978) [Colegio de Filosofía. Maneras de hacer filosofía], Col·legi de Filosofia. Frontera i perill (1987) [Colegio de Filosofía. Frontera y peligro].

Asimismo, creó la Cátedra Barcelona - Nueva York de lengua y cultura catalanas (1979-1982) y fue miembro fundador del New York Institute for Humanities (Instituto de Humanidades de Nueva York) y del Instituto de Humanidades de Barcelona (heredero del Colegio de Filosofía), de los que ahora es presidente, y en cuyos cursos colabora con asiduidad. En el mes de febrero del año 2006, Rubert de Ventós fue nombrado miembro numerario de la Sección de Filosofía y Ciencias Sociales del Institut d'Estudis Catalans. Su discurso de ingreso se tituló La taca cultural [La mancha cultural], y en él Rubert ensayó un estudio de la realidad intercultural de nuestros días, y de las variaciones en el contenido de los códigos éticos. La superposición de unas áreas culturales booleanas, definidas por las actividades reguladas por el código cultural, permitirían ver que a menudo se superponen en una misma persona diferentes códigos culturales. Rubert se mostró muy satisfecho de esta incorporación a la vida institucional del país, porque -según afirmó- le permitiría conectar con la "tradición novecentista" e institucionalizarse con cierto grado de "formalidad".

Xavier Rubert de Ventós participó activamente en la política de nuestro país como diputado al Congreso por el Partido de los Socialistas de Cataluña entre 1982 y 1986, y dedicó unos nueve años a la política parlamentaria europea (1985-1994). De estas experiencias resultó el conjunto de reflexiones sobre el mundo de la política recogidas en El cortesà i el seu fantasma (1991, premio Josep Pla [El cortesano y su fantasma]). Otro libro de reflexión crítica sobre temas políticos le supuso ya en 1987 el premio Espejo de España: El Laberinto de la Hispanidad, boceto de un nuevo marco de relaciones entre los diferentes pueblos de la península Ibérica. De ámbito más general, Nacionalismos. El laberinto de la identidad (1994) situaba la explosión de este fenómeno a finales del siglo XX desde una perspectiva original. Teoria de la sensibilitat nacionalista. Fundamentalismes, minories, migracions (2006), su último libro sobre la cuestión, "analiza con la cabeza aquello que a menudo nos viene de las vísceras", y nos aporta una importante reflexión sobre el concepto de identidad y pertenencia.

En los últimos veinte años ha formado parte de la Comissió per la Dignitat, entidad que reivindicaba la devolución a sus propietarios legítimos de los documentos requisados al final de la Guerra Civil Española, conservados en el Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca hasta el 2005, año en que fueron devueltos a Cataluña.

En reconocimiento a su carrera y a sus aportaciones como personalidad de la cultura catalana, en julio de 1999 Rubert de Ventós fue distinguido con la Cruz de sant Jordi de la Generalitat de Cataluña.

Han dicho de Rubert de Ventós que es un iconoclasta, que escribe de manera punzante pero no exento de humor. La lucidez y la ironía de sus escritos no restan musicalidad a su escritura. Dice el autor, hablando del oficio de los filósofos, o los "filosofantes", en expresión que utiliza en alguno de sus textos: "Es comprensible, pues, que la existencia académica del gremio no asegure la del genio" (Filosofia d'estar per casa). La prosa de Rubert de Ventós es contundente pero ligera. Rica en metáforas, juegos de palabras e imágenes sugerentes, con frecuencia utiliza como recurso estilístico el gran poder descriptivo de las comparaciones metafóricas, los símiles y las contraposiciones sorprendentes, que resultan muy iluminadoras de la idea que quiere comunicar. En sus escritos a menudo topamos con detalles de fina ironía, con bromas inteligentes, con juegos de sinónimos divertidos y descarados: "(...) la alternativa a la buena educación es el adoctrinamiento ideológico, como la alternativa al deporte es una marcha militar" (Filosofia d'estar per casa). En algunos casos podríamos decir que utiliza tópicos, frases hechas o lugares comunes, pero dándoles un giro curioso y sugerente. A modo de ejemplo: "¿
Cómo es que los fenómenos físicos -la caída de una piedra o las órbitas del universo- parecen regidas por la razón, mientras que las cosas humanas -la historia o la Bolsa, la guerra o el amor- parecen regidas por fuerzas irracionales o aleatorias"? (Manies i afrodismes [Manías, amores y otros oficios]).

En sus textos sobre moral, sobre ética, filosofía, política, pero también en aquellos en que trata asuntos generales, aquellos en que filosofa acerca de las pequeñas cosas, en aquellos textos en que desgrana reflexiones y pensamientos, Rubert aprovecha para denunciar, para azuzar conciencias. Denuncia la hipocresía de un mundo "(...) moralmente inaceptable a la vez que políticamente estable", un mundo en que aún crece el abismo entre los que hacen cola para recibir galletas con proteínas de las Naciones Unidas y los que toman leche descremada o bebidas light para mantener la línea". (Filosofia de estar por casa).

Se percibe en la obra de Rubert de Ventós un vasto conocimiento del mundo, por el gran abanico de ejemplos que da, por los agudos análisis de la situación política pasada y actual. Sus análisis son finos, precisos, afilados, apoyados en datos; sus razonamientos a menudo van acompañados de ejemplos, de datos contrastables; y todo ello con una erudición hecha de citas de los clásicos, observaciones históricas, conocimientos filosóficos, mitológicos, etnológicos, y un largo etcétera de referencias, que, lejos de parecer afectación intelectual rayana en la vanidad de quien sabe que sabe, ayudan al lector a comprender el texto, a hacer una lectura profunda y atenta.

Respecto a su contribución a la filosofía hay que destacar la influencia que recibió de Aranguren y de la huella que en su obra ha dejado la lectura de Kant, Schopenhauer y Hegel, también Kierkegaard (en su vertiente estética) y de Simmel (su atracción por la moda, la mirada sociológica y culturalista). Sin estos autores Rubert de Ventós es incomprensible.

La postura intelectual que se manifiesta en su obra podría resumirse con dos metáforas relacionadas con pájaros, que encontramos en sus escritos: Rubert de Ventós trata de hacer como aquel pajarillo de la fábula de Esopo, que para poder beber del agua de un recipiente al que no llegaba con el pico, se dedica a llenarlo con piedrecillas para que el nivel del agua suba y así poder saciar su sed. Ante un problema, de una cuestión, Rubert siempre intenta salirse de las coordenadas establecidas, de situarse "à l'autre bout de la chaîne", de reconocer la ambigüedad de las cosas pensando en su reverso, buscando el matiz desapercibido. Y del tratamiento que da a las cuestiones sobre las que escribe, sobre las que habla, es de subrayar que Rubert de Ventós trata de respetar la distancia que las cosas mismas reclaman, de ejercer las presión que requieren (porque no siempre lo óptimo es equivalente a lo máximo), en un equilibrio de fuerza y presión como el que pedía un pájaro caído en su mano de un nido, al que demasiada presión aplastaría, pero demasiado poca lo haría echar a volar, malherido y moribundo.

De forma parecida, Rubert de Ventós procura buscar siempre la otra cara de las cosas (actitud que él mismo celebra en su admirado Joan Crexells, filósofo catalán), prefiere los fenómenos híbridos a los entes de una sola pieza. Habla de "la importancia de ver oscuro". Valora el hecho de poder "Encontrar la fuerza, la seguridad, la madurez de no tener un criterio hecho sobre cada cosa" (Manies i afrodismes); dicho de otra manera, y en sus propias palabras: "Creo que muy a menudo eliminar un viejo prejuicio es tanto o más importante que acertar en un nuevo juicio" (Filosofia d'estar per casa; Entender una cosa no es sino el peldaño para sorprenderse con la siguiente" (Manies i afrodismes). Actitud ésta, plenamente filosófica.

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