Toni Sala

Carles Miró

Toni Sala (Sant Feliu de Guíxols, 1969) es profesor de literatura catalana. Esta experiencia profesional le condujo a escribir [] (2001) -uno de los best-sellers más polémicos de la década-, donde Toni Sala expone la frustración frecuente entre educadores de hoy que desarma por su cruda sinceridad.

Toni Sala (Sant Feliu de Guíxols, Girona, 1969) de momento es autor de dos libros de cuentos y de dos novelas, aunque también se podría decir que es autor de tres novelas, o de cuatro, o de cinco. No es que haya dudas en la atribución de los libros que ha escrito. Las dudas son de otro tipo. Su novela Rodalies [Cercanías] (2004), galardonada con el Premio Sant Joan y con el Premi Nacional de Literatura, se suele presentar como la "segunda novela" del autor. Más acertadamente podría decirse que es la quinta (o al menos la cuarta).

Uno de los libros de Sala que ha pasado más desapercibido es Un relat de la nova immigració africana [Un relato de la nueva inmigración africana] (2003), una nouvelle que puede servir para explicarlos todos. En esta obra Sala cuenta un día en la vida de un inmigrante de color en la comarca barcelonesa del Maresme: va a trabajar al campo, pasa por un locutorio para hablar con su mujer (que vive en Gambia), le roban el jornal, pide trabajo en jardines de casas particulares, sale por la noche con unos amigos, etcétera. El robo del jornal es lo que hace que avance la historia y lo que permite darle un final que la cierre argumentalmente. Pero si éste fuera el único hilo que mantiene la coherencia del libro, sería bien poca cosa. La pequeña historia cotidiana que se nos narra tiene una localización precisa (los restos de las explotaciones agrícolas del Maresme y su zona turística, a las orillas del mar), y es esta localización lo que cuenta. Sala no escribe una historia y la coloca sobre un fondo que tiene a mano, sino que, de un paisaje que conoce bien, hace surgir al protagonista. Esto no sería posible sin una capacidad descriptiva extraordinaria. Sus descripciones nunca son ejercicios de virtuosismo que se agotan en sí mismos, ni se hacen nunca pesadas; son fragmentos que quieren descubrir las posibilidades de un determinado ambiente, incluyendo a los personajes y los hechos narrados, de tal forma que nunca tienen el aire de clichés universales, los cuales podrían estar "ambientados" en cualquier otro punto del planeta.

El primer libro de Sala, Entomologia (1997, Premio Documenta) es un libro de cuentos que lo instaura como un narrador con una voz totalmente personal. No es extraño que el libro recibiera los elogios de Quim Monzó, el "padre" de la actual literatura catalana. Entomologia [Entomología] se compone de relatos breves, urdidos con un estilo de frases cortas, depurado y eficaz, que sirve perfectamente a sus propósitos: tratar con una frialdad y una precisión máxima los insectos humanos que protagonizan sus historias. Son historias desoladas, a veces truculentas, que a menudo tienen un claro elemento simbólico. Entomologia empieza con una descripción de un estercolero y los animales que lo pueblan: los escarabajos peloteros que se mueven por su superficie ("pero a éstos no los admiramos, los vemos a poco que detengamos la vista en el estercolero") y "los gusanos del tamaño de un fideo, blancos, limpios, suaves como la piel de un bebé", que viven bajo el montón de estiércol fermentado y humeante (los que admiramos son los que están debajo de todo, cuando los descubrimos); los insectos de los que se ocupa el libro son los escarabajos ("viven, como nosotros, bajo la capa del sol" ), incapaces de imaginar que "tantos kilos de estiércol por debajo de ellos puedan existir esos blancos gusanos sinuosos, ni ese estiércol ardiente de color azul". Lo que nunca se da en Sala es la construcción de un artefacto simbólico únicamente para que el lector tenga la satisfacción de descifrarlo. Un cuento como "L'avenç cultural", una fábula metaliteraria -para decirlo feamente-, no tiene gracia porque se tenga que descubrir qué es en realidad ese tufo que aparece en la biblioteca y que no hay manera de eliminar, sino porque nos creemos toda la peripecia investigadora, porque está seriamente articulada y no es un mero quiebro para llegar a un final.

En el mismo punto del cambio (o de crisis) moral que ya había explorado en algunos cuentos, quizás los mejores, de Entomologia se sitúa el segundo libro, Pere Marín (1998). Al margen del interés que tiene la historia de adolescentes que cuenta -como todo el mundo ha sido adolescente, no es extraño que sea uno de los libros de Sala más valorados por la crítica-, es una novela donde se manifiesta con claridad uno de los puntos fuertes del autor: la creación de ambientes. El bar, la furgoneta de reparto, los solares por donde se mueven los protagonistas, son elementos de un medio suburbano en descomposición que quedan en la memoria no porque estén sometidos a una descripción "directa", sino porque forman parte de la construcción de los personajes. Esta presencia del paisaje la encontramos también en Un relat de la nova immigració africana y en Rodalies.

Si Pere Marín era una historia de adolescentes, en torno a la formación de la identidad personal, a Bones notícies [Buenas noticias] (2001) nos encontramos con un libro de adultos, que ya han escogido entre las dos opciones de una alternativa que cierra uno de los cuentos ("Els implicats"). La alternativa la formula una terrorista al compañero que acaba de matar por primera vez: "la soledad o la destrucción." Esta frase vuelve a aparecer, literalmente, en el siguiente libro que escribe Sala, Petita crònica d'un professor a secundària [Pequeña crónica de un profesor de secundaria] (2001) cuando se describe el incierto equilibrio en que viven los que por edad ya son adultos pero que van alargando su adolescencia: "Caminan entre los muertos y es un dilema terrible tener que escoger bando. La soledad o la muerte. La soledad o la destrucción. Llegan a sufrir mucho y viven años y años sin decidirse a dar el paso que la vida no ha dado por ellos; andan kilómetros y kilómetros al borde del precipicio, sin decidirse nunca a saltar, esperando que un golpe de viento, un mal paso, un descuido..."

La prosa literaria medieval catalana tiene las que se conocen como "las cuatro crónicas mayores", donde se narran gestas de reyes. Sala escribirá una "pequeña crónica". La Petita crònica d'un professor a secundària contiene, efectivamente, lo que se le presenta a un profesor a lo largo de un año dando clases en secundaria. El libro está estructurado en los tres trimestres del curso, y, publicado en una colección de no ficción, tuvo una gran incidencia social, hasta el punto que desencadenó una polémica sobre el estado de la enseñanza en Cataluña. Es el libro que hizo de Sala un autor conocido. Pero conviene remarcar que esta obra no supone un cambio de estilo, ni siquiera de género, respecto de la obra anterior de Sala. No hay ninguna discontinuidad, ni en cuanto a los recursos expresivos ni al interés del autor por las crisis morales de los personajes entre Petita crònica y Pere Marín. Dicho de otra manera, Petita crònica tiene todo el derecho a considerarse la segunda novela de Toni Sala. La diferencia es que el material narrativo del que Sala se sirve ahora es innegablemente real. De ahí la polémica. Y no es que en los libros anteriores y posteriores lo sea menos. Sala proyecta su mirada sobre una cosa que conoce y escribe una novela o un cuento. Pero para acometer la elaboración narrativa de un determinado pretexto literario ha de tener un conocimiento de primera mano de ese pretexto. Con Petita crònica se dio el caso de que el tema no había sido lo suficientemente bien tratado por el periodismo de nuestro país (los mismos periodistas recurrieron a la Petita crònica para documentarse sobre la realidad de los centros escolares). Este libro de Sala se enmarca en la preocupación contemporánea por los valores occidentales y la transmisión de éstos que podemos encontrar, por ejemplo, en los últimos libros de George Steiner o Philip Roth.

De Goril·la blanc [Gorila blanco] (2002) se puede decir lo mismo que de Petita crònica. No es que sea un libro que se lee como una novela, es que es una novela, y como tal reclama ser leída. A esto se añade el hecho de que el protagonista del libro y, evidentemente, lo que se cuenta de su vida, sean reales. Ésa es su peculiaridad. Que se trata de un gorila. Goril·la blanc es la autobiografía del gorila más conocido del mundo: Copito de Nieve, el gorila blanco que tuvo el zoo de Barcelona, es decir, un caso clarísimo de catalán universal. Sala escribe en primera persona la vida del gorila. Basta con eso para darse cuenta de que se trata de una novela. Como Bones notícies, Goril·la blanc es un libro para adultos: la vida del gorila blanco entre rejas, sus "relaciones de pareja", los hijos que tiene y que se le van muriendo... La primera parte está dedicada a la infancia: desde el momento en que le matan a la madre, se lo llevan de la selva y, después de un tiempo de adaptación con una madre adoptiva (humana), va a parar al zoo. Para escribir esta primera parte, a Sala le faltaba algo que no podía extraer de su experiencia personal: tenía que ver la selva de donde arrancaron al gorila. Y fue allí. Quatre dies a l'Àfrica [Cuatro días en África]](2005), que de momento es su último libro, relata el viaje que hizo Sala a Guinea Ecuatorial para ver aquella selva. No es un making off de Goril·la blanc sino estrictamente el viaje que el autor hizo a África para poder escribir su novela "autobiográfica". Este libro es un trabajo de campo sobre las diferencias interculturales y las dificultades de comprensión y comunicación entre dos culturas tan diferentes como la europea y la africana.

Por su arranque, Rodalies recuerda al "Wakefield" de Hawthorne y a El hombre que miraba pasar los trenes, de Simenon. Esta novela empieza con un hombre sin nombre ("este hombre") que se va de casa, deja el trabajo y a la mujer sin saber muy bien adónde va (sólo tiene un mapa en una servilleta de papel), porque lo que importa no es adónde va sino que huye, y con lo que se encuentra es con el territorio abandonado, devastado, del hinterland catalán -lo que se ve en cuanto se sale de Barcelona-, que es una exteriorización del paisaje interior del protagonista. Como ha dicho Joan Triadú: "En Rodalies Toni Sala presenta la alternativa entre la sumisión y la libertad. Mejor dicho, entre la libertad y la muerte (en el alma)." Galardonada con uno de los pocos premios con prestigio en Cataluña, el Premio Sant Joan, la novela acaba de obtener el Premi Nacional de Literatura.

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