Un poco de poética

Hablo de esa brevísima teoría que Carner describe en Teoria de l'ham poètic y que habla de la piedra lanzada al estanque, eso que podríamos llamar chispa o inspiración. Es más que un impacto: remueve las aguas, provoca círculos concéntricos que se expanden, genera energías que vivían latentes.

Lo que importa, pues, no es ni la piedra, ni el impacto, ni siquiera el agua, sino todo aquello que estaba quieto y que ahora se mueve.

Hace unos años habría dicho que escribía para que me quisieran, que era lo que se decía entonces. Luego, añadiría que sólo me debo a la forma, que la forma lo informa todo y que nada existe si no pertenece a su reino, hecho de leyes injustas, de tratos discriminatorios y de decretos dictatoriales.

Un día, hace años, mi hija Laia no se quiso poner unos pantalones de pana porque decía que eran de madera.

Creo en estas cosas: en la piedra y el estanque, en que me quieran, en la palabra que infunde vida, en el secreto que se esconde en unos pantalones que, para ella y para los que lo lean, ahora que lo he escrito, no son de pana en absoluto sino indiscutiblemente de madera.

"Poètica", Caràcters, nº. 19-20 (mayo de 2002), p. 24.

Han dicho...


Quien no parece tener problemas con el referente temático de la actualidad ni con cuestiones de formas y estructuras es Josep M. Fonalleras. Con August & Gustau [Augusto & Gustavo] (Empúries, 2001), Fonalleras muestra su interés por la experimentación y los resultados son más que notables.

Un poco más cercano al enigma indescifrable que Monzó, para seguir con la distinción que he hecho al principio, esta narración de Fonalleras es, sobre todo, un ensayo de discurso contra el tiempo. Y lo es tanto desde el contenido como desde la forma. Tanto porque las disquisiciones sobre la predestinación y el determinismo son uno de sus ejes temáticos como porque el conjunto refleja también en su organización la voluntad de ordenar el discurso desde criterios casi acrónicos. No en vano las anécdotas a partir de las cuales se monta la narración, sobre todo la que lleva al protagonista a recomponer el puzzle de un cuadro, El taller de Apeles, del pintor flamenco Willem van Haecht. De hecho, el libro muy bien podría haberse titulado así: Puzzle, puesto que ésta es básicamente la impresión más fuerte que el lector se lleva, la de un narrador que plasma en el territorio de la escritura el desorden del procedimiento de composición de un puzzle, del cual tenemos la visión global de la muestra, pero que acabamos reconstruyendo a partir de cierto azar, de una disciplina que rompe de alguna manera la temporalidad lógica. Fonalleras es, a mi modo de ver, uno de los narradores catalanes más poderosos. Libros como August & Gustau nos hacen algo más optimistas sobre la vitalidad de la narrativa catalana.

En esto, Monzó y Fonalleras se asemejan. También en la práctica del desenfoque, en la defensa de una actitud rebelde que pone los mecanismos de la ficción al servicio de una visión de la realidad diferente a la que nos hacen creer costumbres y tópicos. Quizás en algún otro momento valdría la pena averiguar qué tienen de kiut, por qué son ejemplos de "la voz cómico-agónica" en la que el editor de Empúries se inspira para construir su canon. En todo caso, sus literaturas han mostrado siempre la voluntad de ir más allá. Y los lectores lo agradecemos.

Vicent Alonso, "Cinc narradors d'interès: Monzó, Cercas, Borràs, Usó i Fonalleras". Caràcters, nº. 16 (junio 2001), pág. 18.

  • Poesía Dibujada
  • Massa mare
  • Música de poetes
  • Premi LletrA