Gabriel Ferrater: ¿un nuevo giro a la poesía catalana?

Xavier Macià (Universitat de Lleida)

La obra de Ferrater es la obra de un gran intelectual. Su gran versatilidad (fue matemático, lingüista, crítico literario, traductor, profesor universitario y escritor) hizo que su obra fuera muy variada: desde artículos sobre lingüística hasta importantes composiciones poéticas.

Reus, 1922 - Sant Cugat del Vallès, 1972. Poeta, crítico, traductor y lingüista

Gran lector, Ferrater conocía en profundidad a los autores anglosajones y alemanes de su época. En su poesía, en la que se reconoce el magisterio de Josep Carner y Carles Riba, y que él califica de "poesía de la experiencia", Ferrater huye del llamado "realismo histórico" tan invocado en la década de los sesenta.

La trayectoria intelectual y poética de Gabriel Ferrater i Soler comprende un periodo de tiempo relativamente breve (desde 1950 hasta 1972, año de su trágica muerte), pero intenso y brillante, y de un vigor intelectual y una calidad incuestionables.

Gabriel Ferrater constituye un modelo de intelectual y de poeta heterodoxo y atípico, al menos dentro de los referentes de la época. Muy lejos del modelo de intelectual orgánico definido por Gramsci -del todo impensable en la Cataluña franquista-, y bastante alejado también del modelo resistencialista y patriotero, Ferrater se nos presenta básicamente como un hombre de letras liberal e independiente, escéptico, antiprovinciano, receloso de ideologías y dogmatismos, políticos o estéticos, y, por encima de todo, lúcido, iconoclasta y provocador. Un personaje poco convencional, autodidacta, riguroso, ameno, didáctico y siempre apasionado.

A Ferrater se le conoce básicamente como poeta, y es éste sin duda el ámbito donde consiguió unos resultados más remarcables, pero destaca también su actividad profesional como lector y director editorial, profesor y traductor, y es especialmente interesante su aportación como crítico de arte, lingüista y estudioso de la literatura. Son de referencia obligada, tanto por las lecturas que propone como por la forma de exponerlas, sus aproximaciones a la obra de Josep Carner, Carles Riba y J.V. Foix.

Vista en conjunto, su trayectoria intelectual es muy coherente y de una evidente complementariedad. Su producción no poética, a pesar del carácter parcial y en algunos casos inconclusa, deja entrever una clara unidad de intenciones y parece responder a un mismo proyecto voluntariamente global y que el mismo Ferrater definía, en una reseña publicada en Laye, como una exigencia básica del "trabajador de la cultura" moderno, para quien su trabajo no tiene que consistir en otra cosa que "en hacer su especialidad bastante robusta para absorber todo posible conocimiento e integrarlo en un sistema expresivo organizado y dinámico".

Su breve obra lírica, de una gran fuerza y originalidad, se nos ofrece como una síntesis muy particular de tradición y modernidad, y como el resultado de la apropiación selectiva de las principales propuestas de algunos de los autores más importantes de la literatura catalana (March, Carner, Riba, Foix) y de la europea y norteamericana (Catulo, Chrétien de Troyes, Villon, Baudelaire, Rimbaud, Frost, Graves, Pavese, Cavafis, Eliot, Lowell, Auden, Brecht...).

Autor nada susceptible de ser adscrito a ningún movimiento en particular, Ferrater representa la voluntad más clara de regeneración del sistema literario catalán en el periodo de la posguerra. Su poesía, escrita y publicada a lo largo de la década de los sesenta, en un momento crucial, de cambio y de polarización estética entre la tradición postsimbolista y el emergente realismo histórico, se convirtió, ella sola, en una tercera vía alternativa, sintetizadora, diferente y nueva, y muy atenta a la evolución de la lírica contemporánea. Con todo, su poesía no despertó interés hasta 1968, cuando empieza el repliegue del realismo histórico, y sobre todo a partir de su muerte. Pero la reivindicación y la irradiación real del modelo que supuso Ferrater, decisivo para entender la poesía catalana actual, no tendrá lugar hasta la década de los ochenta, coincidiendo con la publicación de su obra póstuma.

Apunte biográfico

La vida del poeta, aún hoy más mistificada que estudiada, podría resumirse en los siguientes datos: nace en Reus el 20 de mayo de 1922, en el seno de una familia de vinateros acomodada y culta que, aunque por una parte retrasa la entrada del hijo en el sistema educativo reglado (no fue al colegio hasta los diez años), por la otra se preocupó de crear un ambiente favorable para su sólida educación y formación intelectuales. Ferrater vivió en Reus (paraíso de la infancia y marco referencial de muchos de sus poemas, sobre todo "In memoriam") hasta 1938, año en que su familia se exilia en Francia.

En 1941 vuelve a España. Hace el servicio militar (1943-45), trabaja en la empresa de su padre, acaba a trancas y barrancas el bachillerato (1945-47) y se matricula en Ciencias Exactas en la Universidad de Barcelona, pero al tercer curso abandona los estudios (1950). En 1951 muere su padre, que, arruinado, se suicidó. Este hecho coincide con un punto de inflexión fundamental en la trayectoria vital e intelectual de Gabriel Ferrater. Por una parte, el poeta se establece en Barcelona y da los primeros pasos para profesionalizarse como crítico de arte, traductor y lector editorial; por otra, entra en contacto con diversos grupos artísticos e intelectuales barceloneses. En los primeros años cincuenta Ferrater conoce y frecuenta, entre otros, a José M. de Martín (con quien en 1951 escribe la novela policíaca Un cuerpo, o dos), Joan Vinyoli, Rosa Leveroni, Eduard Valentí, Carles Riba y también el círculo de jóvenes intelectuales vinculados a la revista Laye, donde colabora con artículos sobre arte (Laye, publicada entre en 1950 y en 1954 por la delegación provincial de Educación de Barcelona, y dirigida por el falangista Eugenio Fuentes Martín, se considera hoy un espacio de convergencia de lo que se ha dado en llamar la Escuela de Barcelona). En esta época también conoce a los poetas Jaime Gil de Biedma y Carlos Barral, más jóvenes que él y en los que tendrá una gran influencia.

Entre 1958 y 1968, Ferrater escribe y publica el conjunto de su obra poética. Entremedias, el poeta se ha esforzado en procurarse cierta estabilidad profesional y personal. Primero fuera del país: viaja a Londres con la intención de encontrar un trabajo editorial, que consigue, pero en Hamburgo, como lector de la Rowohlt Verlag. Y después en Cataluña: en otoño de 1963 acepta el cargo de director literario de Seix Barral y al año siguiente se casa con la periodista norteamericana Jill Jarrell (de quien se separa en 1966) y fija su residencia definitiva en San Cugat. En 1968 acaba la carrera de Filosofía y Letras, y entra como profesor de Lingüística y Crítica Literaria en la Universidad Autónoma de Barcelona. Estos son los años de más actividad intelectual (docencia, conferencias, seminarios, proyectos, prólogos, traducciones...) y también son los años de los primeros reconocimientos públicos oficiales. Pero el 27 de abril de 1972, pocos días antes de cumplir cincuenta años, Gabriel Ferrater se suicida en su piso de San Cugat.

Les dones i els dies

La irrupción poética de Ferrater fue tan repentina e inquietante como lo fue su silencio. En primer lugar, sorprendió por la calidad, solidez y novedad de su poesía, y, después, por su abandono, tan prematuro y definitivo, justo cuando empezaba a tener un gran reconocimiento. El mismo poeta explicó algunos de los desencadenantes de su fulminante y fugaz vocación lírica: la necesidad de explicar -y superar- el opresivo oscurantismo de la inmediata posguerra, la voluntad de comprenderse y de comprender la realidad circundante y la feliz coincidencia de una serie de circunstancias más o menos accidentales.

Ferrater escribió casi todos sus poemas en sólo seis años, entre 1958 y 1963. Con posterioridad, sólo compuso unos cuantos poemas nuevos, revisó algunos publicados y preparó la edición de su obra completa: Les dones i els dies [Las mujeres y los días] (1968). Este volumen reúne un total de 114 poemas por lo general breves, a excepción de "In memoriam" y "Poema inacabat", de carácter más narrativo, y presenta una estructuración por secciones numeradas que respeta, globalmente, el orden de aparición y la organización interna de los tres únicos volúmenes publicados por el autor: Da nuces pueris (1960; reed.: Empúries, 1987), Menja't una cama (1962; reed.: Empúries, 1997) y Teoria dels cossos (1966; reed.: Empúries, 1989). Ahora bien, al haber eliminado todos los paratextos que acompañaban aquellos poemarios (epígrafes, subtítulos, epílogos), Ferrater despojó todavía más su poesía, la vació de todo elemento no esencial y acentuó y reforzó su cohesión interna. El título de la recopilación, Les dones i els dies, irónicamente tomado en préstamo de Hesíodo [Erga kai hemerai, Los trabajos y los días], refuerza el carácter unitario del conjunto y sintetiza los centros de interés y temáticos más importantes de la poesía de Ferrater: las complejas relaciones humanas y la dimensión moral de sus experiencias (las mujeres) y el marco contextual -la variante temporal y la espacial- en que tienen lugar (los días).

Gabriel Ferrater no se prodigó en escritos sobre poética ni sobre su poesía, la única ocasión en que habla explícitamente de ello es en el texto que sirve de epílogo a Da nuces pueris, aunque se pueden encontrar referencias en algunos de sus poemas (véanse, por ejemplo, algunos pasajes de "Poema inacabat") y, sobre todo, en algunos de sus textos sobre lengua, pintura y literatura (en particular en los estudios dedicados a Foix, Riba y Carner).

Con todo, podemos señalar algunos de los aspectos generales de su poética: la obligación de todo escritor de definir bien el lugar que ocupa respecto de la tradición literaria (véase "Els aristòcrates"), la necesidad de asumir que en arte todo es forma y la convicción de que la literatura se hace con palabras y no con ideas. Pero el aspecto central es que el poeta tiene que definir claramente su actitud moral a la hora de escribir, es decir: "La distancia que hay entre el sentimiento que la poesía expone y el centro de su imaginación. "Para conseguir este distanciamiento, Ferrater se apoya en dos recursos muy concretos y de una gran eficacia: la ironía y la métrica (el propio distanciamiento es entendido como un tercer elemento, arbitrario, que posibilita el equilibrio de tensiones entre las formas personales del poeta y las propias de la lengua común).

La poesía de Ferrater, no exenta de hermetismo y de un simbolismo a veces de una extrema complejidad imaginativa, se caracteriza sin embargo por ser austera y realista, resultado en buena parte de una querida naturalidad discursiva y de un marcado concretismo y coloquialismo. Es una poesía que pretende cumplir las siguientes condiciones básicas: inteligibilidad, sinceridad, sensatez, interés y amenidad, y, sobre todo, que rehuye todo tipo de barroquismos y gratuitos virtuosismos conceptuales y formales. Pero los dos aspectos que caracterizan más el procedimiento poético de Ferrater son el tono tan particular de su voz poética, marcadamente vivencial, reflexiva, contenida y sincera, que se apoya en unas estrategias discursivas de gran eficacia. Y, muy especialmente, la preeminencia que da a la reflexión moral que cada poema propone, mucho más central que la situación que se describe o el pretexto que lo origina.

Respecto a los temas, ya hemos dicho que los centros de interés fundamentales están sugeridos en el título Les dones i els dies, y hacen referencia explícita a la doble dimensión del ser humano, como ser social -y moral- y como ser histórico (consciente de que su existencia se circunscribe a un tiempo y un espacio concretos, y que se ve determinada por el devenir del tiempo). Los diversos temas y motivos que aparecen en los poemas (la juventud, el erotismo, el miedo, la soledad...) están íntimamente relacionados con estos centros de interés. Finalmente, dentro del marco supratemático, podemos distinguir tres grandes bloques: 1) poemas que tienen como marco la literatura: "Literatura", "A través dels temperaments", "El lector", "Si puc", "Tam gratumst mihi", "Els aristòcrates"...; 2) poemas que se enmarcan dentro de la observación social: "Faula primera, Faula segona", "Cançó de bressol", "El lleopard", "Economíes rivals", "Los jocs", "Diumenge", "Mecànica terrestre", "Sabers", "Paisatge amb figures"...; y 3) poemas de experiencia personal -introspectivos- sobre la vida moral. En este último apartado se pueden distinguir dos subgrupos: 3 a) poemas en los que el tema esencial es el paso del tiempo, como "La platga", "La cara", "No una casa", "Per no dir res", "By Natural Piety", "Fi del món", "La mala missió" o "Un pas insegur"; y 3 b) poemas de tema amoroso y erótico, todos los de la segunda sección de Teoria dels cossos y otros anteriores como "Temps enrera", "Mala memòria","Cambra de la tardor,"El mutilat" o "Posseït".

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