Misterio de Quanaxhuata (1943), de Josep Carner
Del Misterio de Quanaxhuata a El ben cofat i l'altre y L'Ébouriffé
Jaume Subirana (UOC)
El 24 de abril de 1947, Armand Obiols escribe a Josep Carner: "Ayer leí su Misterio de Quanaxhuata que, por una de aquellas carencias del instinto lamentablemente inexplicables y, quizás, inexpiables, hacía muchísimo tiempo que tenía, intocado, sobre la mesa mientras recorría los libros más indigestibles del mundo. Es un puro milagro desde el principio hasta el final, una de las cosas más redondas, radiantes y llenas que ha escrito. Ha hecho a México un presente real. Pero merece ser lapidado si no nos da en seguida la versión catalana. Su Jonás tiene razón cuando dice que "es haciendo presentes como Dios aumenta su riqueza", pero, haciendo presentes a los hombres, Dios desnuda un poco a sus ángeles. Y en este caso –¡qué desgracia!– los ángeles somos nosotros".

En 1943 Josep Carner, exiliado en México, había publicado bajo el sello de Ediciones Fronda el Misterio de Quanaxhuata ("unas a modo de escenas, evocadas por una especie de sortilegio suyo"), texto escrito en no y concebido como homenaje al país y a la cultura que lo acogieron en tiempos difíciles. El gesto, sin embargo, no fue entendido por todo el mundo: en el número 1 de Quaderns de l'exili (septiembre de 1943), Lluís Ferran de Pol firmó un durísimo ataque ("Contra la obra de Josep Carner el Misterio de Quanaxhuata") reprochando el uso del no visto no como lengua del país de acogida, sino de los vencedores de la Guerra Civil, y argumentando que "a quien me diga que la obra –aparte de estas consideraciones–, es buena, le contestaré que cuanto más magistral sea su apariencia, más grave es la falta, porque priva a la patria de una obra necesaria en estos momentos. Y tal actitud es más lastimosa en un príncipe que en un menestral de las letras, porque cuando los más altos dan humo en lugar de luz es cuando aparecen las decadencias que ya, para vergüenza nuestra, hemos tenido que escribir una vez con mayúsculas y como significativa de toda una época de nuestra historia literaria".

Al regresar Carner a Europa e instalarse en Bruselas, sabemos por una nota manuscrita del editor Josep M. Cruzet que a finales de 1949 el escritor le ofreció a través de Marià Manent una "traducción mexicana" (se supone que pasada al catalán) que tenía que ser la del Misterio, y por una carta de Carner a Manent del 8 de noviembre de 1949 ["Per cominciare, darei due volumi nuovi. Il primo, Il Mistero, ma che ormai non è piú quello che voi leggesti. È piú conciso, più avvicinato alla tecnica teatrale; certi dialoghi sono stati sopressi, ci sono parecchie novità, e, alla fine, l'azione si snoda in tutt'altro modo. Il secondo volume sarebbe [dicendolo in italiano] Alcuni Alberi"] nos enteramos de que Carner quería iniciar la reanudación editorial de sus obras precisamente con esta versión. El original, sin embargo, no interesó a Editorial Selecta. Y aquí entra en escena Armand Obiols, interlocutor epistolar de confianza en esos años. Sólo unos meses más tarde, en una carta del 26 de enero de 1950, Obiols explica a Carner que está en marcha la reanudación –desde Perpiñán– de Edicions Proa: "No creo que Queralt consiga hacer nada. Vi a Puig i Ferrater la semana pasada. En el fondo sólo le preocupa una cosa: encontrar a unas cuantas personas presentables que le flanqueen la rentrée. En principio, quería empezar la colección con el primer volumen de su novela. Pero Guansé le ha escrito diciéndole que sería una pena que la reaparición de Proa sólo sirviera para publicar sus libros con una lista de colaboradores en la cubierta a modo de aval. P. i F. me dejó leer la carta y me comentó que, pensándolo bien, quizás sería mejor empezar con un libro de usted. Un día de estos le deberá de escribir y le pedirá una versión catalana del Misterio. Como consejero literario parece que tienen ojeado a Ramon Xuriguera. No es mala idea. Yo le hablé vagamente del Unidentat." La comunicación mencionada se debió de producir, y a finales de año, en otra carta, del 13 de diciembre de 1950, Obiols escribe a Carner para decirle que ya ha recibido el texto y que se lo ha pasado a Puig i Ferreter, y que éste le ha entregado 10.000 francos para el autor y le ha solicitado un prólogo "a fin de dar más grueso material al libro y explicar qué lo llevó por ese camino", y que "Marion ya hace tiempo que tiene el texto francés de El ben cofat i l'altre". Parece, pues, que tanto cuando Carner propuso inicialmente la obra a Josep M. Cruzet como cuando Armand Obiols le hizo de mediador con Puig i Ferreter la versión catalana no estaba del todo acabada, y hay que subrayar el papel destacado de Obiols en la aparición final del texto.

El Ben cofat i l'Altre, leyenda en cinco actos precedida de un prólogo (Perpiñán: Proa, 1951), inaugurará con el número 93 la nueva época de los libros de color naranja de la Biblioteca "A tot vent" (serie catalana) desde Perpiñán, con Joan Puig i Ferreter como director literario. Así pues, curiosamente, una obra de teatro inaugura la reanudación de una de las más importantes colecciones de narrativa del panorama editorial catalán. Lo justificaba el nombre del autor y probablemente, como apunta Albert Manent, la falta de originales al alcance en aquel momento. El volumen comienza con una "nota del editor" que explica lo siguiente: "Excepcionalmente publicamos en la Biblioteca "A tot vent" un libro que no es una novela. En la hora en que las Edicions Proa vuelven a revivir, nos ha parecido que la mejor forma de permanecer fieles a su propósito de honrar y difundir nuestro verbo escrito era incorporando una obra inédita del príncipe de nuestros poetas, del escritor a quien más gloria debe nuestra lengua literaria tras el encauzamiento efectuado por Verdaguer. Por otra parte, El ben cofat i l'altre es, tanto por su contenido como por su forma, el libro de Josep Carner que más concuerda con el carácter de la Biblioteca 'A tot vent'. Estamos seguros de que el lector sabrá encontrar –como nosotros– la continuidad de una alta expresión que se va cumpliendo, como un milagro de la fe, por encima de las adversidades".

La obra, situada en el México precolombino y basada en una leyenda local, gira en torno a un triángulo formado por el Ben Cofat (personaje que ha difundido el culto a una rana pétrea que está en una cima y que gracias a ello ha logrado el reconocimiento y la categoría divina), l'Escabellat (viejo amigo suyo que reaparece en la selva "casi desnudo y sin arma alguna", que quiere ejercer las funciones de Dios y que cuenta al Ben Cofat que él es el verdadero creador del culto) y la Sense Nom (que ayudará a l'Escabellat a escapar del sacrificio al que le conduce el Ben Cofat). Josep Carner insiste varias veces en el hecho de que hay que entender El Ben cofat i l'Altre como un libro nuevo, en la línea de lo que en aquel momento empieza a hacer con su obra poética: "Lo que he dado a Proa, no es tanto una traducción del Misterio como una utilización parcial del viejo texto, en forma más tallada, más viva (creo), con muchas supresiones y bastantes elementos nuevos. Me he tratado, a mi parecer, con una perfecta desenvoltura" (carta del 11 de diciembre de 1951). Además de los retoques, Carner añadió a la obra en catalán –en sustitución del "Prólogo por un ahuehuete" de la primera versión– un brevísimo "Pròleg" y sobre todo una muy interesante "Escena única" proemial a manera de diálogo entre el Autor (Carner) y un Amigo (quizás también él mismo) que lo visita y a quien el Autor cuenta su proyecto literario. En palabras de Josep Ferrater Mora, El ben cofat i l'altre "es, como toda gran obra de arte, un mundo que se basta a sí mismo," una pieza en que riqueza poética y plenitud filosófica (él habla del humanismo carneriano) van cogidas de la mano. También la valoró muy elogiosamente desde Ariel Joan Triadú, para quien "por un milagro de sensibilidad, al que sólo puede llegar un artista magistral, Josep Carner ha puesto al día su prosa tantas veces famosa", aunque el final del párrafo es hábilmente ambiguo: "Sin afán de escandalizar a los ingenuos y sentimentales repetidores de la vulgar consigna "Carner, príncipe de nuestros poetas", ni con el propósito de rebajar al autor, hay que afirmar seguidamente que El ben cofat i l'altre contiene páginas de diálogo superiores a casi toda su obra anterior en verso".

En julio de 1957 Ferran Soldevila, director de la Agrupació Dramàtica de Barcelona, escribió a Josep Carner a Bruselas para pedirle permiso para representar El ben cofat i l'altre. El autor otorgó el permiso, pero la censura del Régimen se interpuso y abortó ese primer intento. Unos años más tarde, tras haber recibido y desestimado Cop de vent, la ADB estrenó finalmente El ben cofat i l'altre en el Palau de la Música Catalana de Barcelona, la noche del 6 de febrero de 1963, bajo la dirección de Rafael Vidal Folch y con un reparto de más de treinta actores y actrices. Martí Farreras criticó en Destino que no se hubiera representado el prólogo; así mismo, subrayó el peso de la voz del poeta y destacó la pulcrísima calidad literaria del texto, y concluyó: "Como sea, la obra es de una belleza y originalidad impresionantes." En La Vanguardia, en una nota que hoy no podemos leer sin un escalofrío de indignación en el espinazo, M. Planas, habiendo destacado el vigor y la belleza de la obra, explica a sus lectores que "Carner ha compuesto su poema sobre las remembranzas de su estancia en la América hispánica que datan, probablemente, de la época de sus actividades consulares".

L'Ébouriffé será el título de la edición francesa de la obra, publicada en 1963 por Gallimard en la colección "Le Manteau d'Arlequin" y hecha a partir del original en español. La traducción, de Émilie Noulet, esposa de Carner, y Roger Caillois, existía ya desde 1950 (Noulet comenta entonces a Marià Manent una lectura "chez nous devant des amis qui s'occupent de théatre de la traduction du Misterio"), pero sabemos que el libro no fue terminado hasta agosto de 1963, y que Émilie Noulet se dio prisa en enviar entonces veintiuno de los primeros ejemplares a la Academia sueca. El proceso para conseguir esta edición francesa no debió de ser nada fácil, y en él Noulet contó con la ayuda de sus amigos parisinos. Así, por ejemplo, en el fondo Carner de la Biblioteca de Catalunya hay una carta (sin fecha) que Roger Caillois envió a la esposa del autor hablando de Jacques Lemarchand, prestigioso crítico teatral que trabajaba en Gallimard: "J'ai parlé a Lemarchand. Contrairement à ce que je pensais, il m'affirme que Gallimard n'envissagera pas de publier une piece non jouée encore. Il me dit que c'est un principe constant. Je suis consterné. | Voulez-vous que j'essaie ailleurs? Au Seuil? Chez Nagel? | Dans ce cas, il me faudrait un manuscrit. | Je ne m'attendais pas du tout à cet obstacle, que je trouve d'ailleurs pas très justifié". Pero las dificultades pudieron ser superadas: en octubre de 1963 los Carner-Noulet van a París "pour le service de presse de L'Ébouriffé". Y, en la introducción, Émilie Noulet pudo dejar escrito: "En 1939, il [J. Carner] émigra au Mexique, où son activité littéraire se poursuivit. Il y acheva son grand poème Nabi, inspiré par la légende de Jonas, et y écrivit un drame philosophique: le Mystère de Quanaxhuata, où se déroule, dans une atmosphère précortésienne, le thème de l'origine des mythes, de leur développement et de leur rôle dans l'histoire de l'humanité. C'est cette pièce que, sous le titre L'Ébouriffé, traduisirent en français E. Noulet et Roger Caillois, seule œuvre de Josep Carner écrite en espagnol, en témoignage de reconnaissance envers le Mexique, qui ouvrit ses portes aux Républicains loyaux".

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