Han dicho...

La trayectoria poética de Manuel Forcano ha sido largamente premiada. Deudor de poetas como Kavafis o Yehuda Amikhai, en su obra hallamos a menudo una exposición de motivos históricos o culturales de la antigüedad que contrastan con la vulgaridad del presente. La erudición que impregna sus poemas contrasta con la sencillez del tono y de las formas que usa. El amor y la nostalgia de un pasado glorioso son los grandes temas de la poesía de Forcano.

Barcelona, 1968. Poeta y traductor

Manuel Forcano, nacido en 1968, es profesor de literatura hebrea en la Universidad de Barcelona y experto traductor del hebreo, del árabe y del inglés. En sus textos aflora con fuerza el elemento culturalista y, desde las composiciones que constituyen su primer volumen, Les mans descalces [Las manos descalzas] (1993), se pueden rastrear los elementos esenciales de su poética. En la escritura de Forcano las referencias a las obras de la antigüedad -sobre todo el Viejo Testamento y los líricos latinos y griegos- han sido siempre constantes, pero en el curso de su producción han sufrido un proceso de fagocitosis hasta ser conscientemente amalgamadas en las poesías más recientes. Así, el libro de exordio está marcado por algunas citas que acompañan un itinerario de lectura ordenado por sesiones, pero sólo en el epílogo poético se engloba, después de una alusión explícita al libro de Daniel, un verso de Rilke a modo de glosa final. Les mans descalces es la recopilación más descriptiva, donde el yo lírico parece entretenerse en las páginas de un diario paradójicamente atemporal: poemas como "A l'habitació... ", Els calaixos són plens..." o `aunque por razones ideológicas- el "Dies irae" parecen salidos directamente de la pluma del Federigo Tozzi de las prosas breves de Bestie, pero también de los apuntes de Cose e persone.

En De nit (1999), Forcano perfecciona la idea arquitectónica del libro, con una tripartición temática, "Cels," Aurores", Platges", dentro de la cual dispone sus textos. Esta tripartición, en realidad, un juego de espejos, ya que la división aparentemente esquemática no corresponde al flujo de intercambios y ecos internos, a la vez que, en filigrana, se entrevé la propensión hacia imágenes crepusculares o aurorales, la atracción por los claroscuros y un sentimiento de pánico no adjetivado por estímulos órficos, ni tampoco necesariamente manchado por contaminaciones apolíneas. Y las referencias culturales, que a veces se manifiestan incluso en los títulos, se integran en cada poema para plantear o resolver una similitud global. La imagen volcada en la cotidianidad genera una curiosa forma de correlato objetivo, en el cual la cita se cosifica y se compara -a manera de comunión o de contraposición, a menudo con función epifánica- con una vicisitud biográfica del yo lírico, precisándola u oponiéndosele.

[...] Corint tiene una organización más molecular: es un conjunto de macroestructuras donde se tejen relaciones enormemente compactas entre los diversos componentes y que imponen una lectura sin solución de continuidad. Como las olas centrífugas después de la caída de un sólido, Forcano continúa su investigación poética por expansiones circulares y fija el motivo del viaje como punto de partida del recuerdo, a la vez que la recopilación entera se estructura como una geografía mental de un cuerpo deseado.

Francesco Ardolino, Manuel Forcano. Le mani scalze", Poesia, nº. 174 (julio/agosto 2003). Traducción de Laia Noguera.

Cada vez que abro la plaquette Corint empiezo a oír la música de la lluvia y los pulsos de la mirada se me impregnan del baile de la letra ligera e incisiva de unos flamantes versos. Es como ver el crecimiento de un alfabeto que besa el cristal de mis gafas de vista cansada. Contemplo el mundo desde las intensidades de una mirada epifánica que me muestra de nuevo -prodigio de lo renovado- las estaciones del deseo, los pozos del desamor, la calidez de un tacto, la herida que siempre sangra del ser solo y aislado.

[...] Tras ciertos versos elaborados con ribetes que parecen demodés, o debajo de las laboriosas veladuras color sepia hechas con Photoshop, o en esas dicciones moduladas con el canon del yo romántico, allí encuentro lo eterno: aquello que ahora se alza como clásico.

[...] en un momento histórico, año MM, en que hay una pérdida generalizada de calidad de las culturas y de los saberes, de las ciudades y de los paisajes, de las relaciones humanas y de los debates, de los vinos y de los manjares, de las palabras y de los lenguajes, de los sentimientos y de las sensibilidades, etc., esta plaquette de versos de Manuel Forcano es un oasis de emociones para el viajero con hambre y sed de unas migajas de sabroso saber y de sensual sabiduría.

Biel Mesquida, Cal·ligrafies per a un poeta". Prólogo a Corint (Proa, 2000)

En el viaje de El tren de Bagdad (Premio Carles Riba 2003) por Oriente Próximo, Etiopía y Sudán, la relación amorosa, omnipresente, se evoca desde la memoria con la melancolía de aquello que se ha perdido o nunca fue. Pero es una melancolía superficial, una piel de recuerdos bajo la cual se abren las heridas del deseo.

La expresión de este núcleo temático se basa, sobre todo, en la plasmación de un Oriente ideal y voluptuoso, rebosante de sensualidad, que constituye el espacio del poemario. No es un mero telón de fondo, sino un espacio plenamente significativo. Es el festín sensorial de una lluvia de miel, de la fruta exprimida, del roce de los cuerpos.

[...] El conflicto casi permanente que vive la región también está presente en algunos poemas y carga de connotaciones más trágicas los amores que se evocan, sobre todo en "Beirut", una ciudad en ruinas que se reconstruye para ser destruida nuevamente, y en "Sudànica", donde «aquellas guerras que nunca fueron / pero que todavía continúan» contribuyen a crear un clima de violencia latente que señorea toda la composición.

Jordi Rourera, Totes les ferides del desig", Lluc, nº. 838 (marzo-abril 2004)

[Corint] es otra entrega de uno de nuestros poetas más delicados y pulcros, y al mismo tiempo más profundos. Leer a Manuel Forcano es siempre, para el lector, una garantía de juego limpio y de riqueza conceptual, sin duda gracias a su formación clásica, pues es doctor en filología semítica; pero no sólo por eso, sino también por una sensibilidad acorde con el tiempo en que le ha tocado escribir.

La suya no es la poesía de alguien que quiera vivir en un país que no es el suyo ni en un tiempo que le es remoto, ya que las lecturas y los autores que convoca no son elegías de eruditos, sino, sobre todo, testimonios de su vigencia (y, ni que decir tiene, una invitación a constatarla).

Forcano escribe hoy y para nosotros -desde la incertidumbre, el desamor y la añoranza, a la manera de un poeta de los llamados de la experiencia-, pero con un bagaje de referencias -no herméticas, sino dispuestas para ser compartidas- que nos revela más valioso y más operativo que ninguno de los erráticos y pretenciosos delirios verbales al uso que sólo aspiran a hacernos creer que tienen alguna cosa inefable que decir.

Cada poema nos sorprende como un intento de salvar, con pocas y acertadas palabras, un escenario donde se han manifestado, no desbordado, los sentimientos (el desbordamiento, por otra parte, no nos aprovecharía). Encontramos el viaje -la Hélade, Israel y Austria son presentes- como ocasión para la introspección y la reflexión, y también como estímulo de la nostalgia amorosa.

Manuel Castaño, Salvació de records", El Periódico de Cataluña. Llibres (02/03/2001)

Forcano es uno de esos infrecuentes poetas que poseen una habilidad que parece innata (pero que nunca lo es, o no sólo) para conciliar verdad y belleza, como quería el bueno y viejo Horacio, y de sacar adelante la construcción de un discurso que tiene en el difícil equilibrio entre delicadeza, fuerza y profundidad su seña de identidad más característica. [...]

Además de poeta, Manuel Forcano es doctor en Filología Semítica, cosa que le ha permitido traducir a algunos poetas israelíes como Yehuda Amikhai o Pinkhas Sadé. Mucha de la sutileza lírica de estos poetas es compartida por Forcano, que, como ellos, exhibe una vasta formación cultural que abraza desde los clásicos griegos y latínos hasta autores modernos como Kavafis o Forster (que Forcano ha traducido también), pasando por la Bíblia, la filosofía presocrática, la pintura expresionista alemana o el bel canto operístico. Todas estas referencias, sin embargo, lejos de amontonarse y convertirse en un obstáculo para el lector, quedan matizadas en la voz de Forcano por el tamiz de la experiencia vivida y que a menudo es la experiencia de la sensualidad y el amor (o del desamor, o de la muerte, que, como sabemos, todo va de la mano), aunque también cabe la añoranza de los lugares lejanos (el poeta se retrata como viajero impenitente) o la pura y simple contemplación del mundo y de los que lo habitan, en una sintonía que va desde el retrato nostálgico de escenas concretas hasta la mirada maravillada y cautivada del Félix luliano.

Sebastià Alzamora, Manuel Forcano, Corint", Serra d'Or, nº. 496 (abril 2001)

Si bien hay que suponer que la mejora ha sido notoria, el título primitivo [De memòria] resulta iluminador a propósito de la temática que recorre todo el libro y que no es otra que el olvido, deseado o indeseable, junto con temas clásicos, como la fugacidad del tiempo, la volubilidad del amor, la fragilidad de la vida y de las imágenes que la marcan. El autor se enfrenta [...] con la actitud de los persas que, al saquear Atenas, robaron las estatuas por el único motivo que no se pudieron resistirse a su belleza, tal como relata Herodoto. A esta idea del robo subyacen las resonancias prometeicas; a la idea de la fuerza irresistible de la belleza, las odiseicas. Tanto fundamento mítico, sin embargo, al filtrarse por la sensibilidad y la escritura (decididamente apolínea) de Forcano se convierte de forma inesperada en la más alta lírica, como la que se confirmaba en la plenitud de Corint. En este libro tenemos, pues, más de lo mismo, lo que es mucho: elegancia, tensión, sensualidad, sutileza, serenidad emocionada, estilo entendido en la acepción más noble.

Sebastià Alzamora, Manuel Forcano, Com un persa", Serra d'Or, nº. 499-500 (julio-agosto 2001)

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